LA HISTORIA OSCURA DE LOS CRASH TEST

La historia de los crash test está repleta de curiosas y oscuras anécdotas que hoy hemos decidido descubrirte. Afortunadamente, hoy disponemos de coches extremadamente seguros, esto debemos agradecerlo a los dummies que realizan las pruebas de choque de los vehículos. 

El término dummies ha sido empleado de muchas formas, pero el significado literal de este término hace referencia a los muñecos. El uso más conocido de la palabra dummies pertenece sin duda al sector del automóvil. De hecho, el término más frecuente es la fórmula compuesta crash test dummy, ya que se efectúa  en pruebas de accidentes de coche. Los dummies son utilizados en el vehículo de la prueba, como si fuesen ocupantes de verdad, tienen una fisonomía semejante a la del ser humano. De esta manera se puede analizar mejor el impacto que los diferentes tipos de choque, puede llegar a causar en las diferentes partes del cuerpo.

Las partes del cuerpo que pueden analizarse en caso de colisión son;

  • Cabeza.
  • Cuello.
  • Pecho.
  • Piernas. 
  • Costillas.
  • Rodillas.
  • Muslos.
  • Pies.

Los dummies se llevan fabricando desde los años 70. Desde entonces, se han desarrollado hasta adoptar una simulación casi perfecta de los seres humanos, con fines analíticos. Pero ¿y antes de ellos? ¿Cómo se hacían las pruebas de seguridad de los coches? Pues te lo contamos enseguida, prepárate para la parte más macabra del artículo.

La primera víctima mortal en un accidente automovilístico

Antes de poder disfrutar de la tecnología con la que contamos a día de hoy se han efectuado ensayos con cadáveres, animales incluso con voluntarios. La historia de los crash tests está llena de anécdotas y héroes anónimos a los que debemos la vida millones de personas.

Según los registros una científica irlandesa cuyo nombre era Mary Ward, fue la primera víctima mortal en un accidente de tráfico. El 31 de agosto de 1869 cayó de un vehículo a vapor construido por su primo y fue aplastada por las pesadas ruedas. Lo que comenzó como una triste anécdota se convirtió en algo frecuente al incrementarse el número de vehículos que se pusieron en circulación.

Los crash test antes de que existieran los dummies

La fabricación masiva de turismos provocó que descendiesen los precios de venta. Esto terminó extendiendo su uso hasta el punto en que en 1930 era muy común disponer de un vehículo. Al subir el número de ventas subió el número de conductores y con ellos el número de accidentes de tráfico.

 Fue la Universidad Wayne State de Detroit la primera en ponerse manos a la obra para recabar información sobre el tema. Investigó los efectos que los choques en automóviles a gran velocidad generan en el cuerpo humano. El método empleado para indagar fue usar cadáveres a los que se les ponían acelerómetros y se les anudaba a los vehículos. Estos eran sometidos a potentes choques frontales y violentos vuelcos. 

A pesar de que estas pruebas ofrecieron más información de la que jamás se había conseguido, pronto aparecieron los primeros inconvenientes. Por eso comenzarían a aparecer los primeros voluntarios, auténticos kamikazes dispuestos a jugarse la vida por la seguridad de los demás. Después de probar con cadáveres y kamikazes el siguiente recurso fue utilizar animales. Esta práctica se impidió tiempo después con la aparición de los derechos de los animales. A partir de este momento no quedó más remedio que experimentar año tras año hasta que se crearon los dummies.